Donald Sutherland y Jaeden Martell (“It”, “Entre secretos y cuchillos”) coprotagonizan este buen estreno para el finde extra largo.
No es, por más que Netflix la venda como una película de terror, una de terror. Es más, y mejor, una de suspenso y una fábula moral, como muchos relatos de Stephen King. El teléfono del Señor Harrigan, con Donald Sutherland y Jaeden Martell (It), es eso: un filme cargado de suspenso que no larga nunca al espectador.
Craig es apenas un niño cuando pierde a su madre, y si él no ha podido sobreponerse, ni qué hablar de su padre (Joe Tippett), con el que prácticamente no puede mantener una conversación. Así que cuando el Señor del título (Sutherland), un multimillonario sin descendencia que vive en una mansión, con ama de llaves y jardinero, le ofrezca 5 dólares por hora (son comienzos del siglo XXI) y le pida que vaya a su mansión a leerle clásicos de la literatura, Craig acepta.
Como pasan los años y Harrigan se pregunta y le pregunta cómo es que sigue aceptando el trato, cuando ya siendo un adolescente bien podría dedicarle su tiempo libre a sus amigos y a las chicas, la respuesta de Craig (que no spoilearemos) lo desubica y conmueve.
Cuando salen los primeros iPhones, Craig consigue uno que le regala su padre, y él mismo le compra uno al Señor Harrigan. Es 2008, y el anciano ve con malos ojos ese aparatejo. Desconfía de la información que le proporciona -gratis-, y advierte lo que ahora todos sabemos: las noticias falsas, el apego a la tecnología y muchas cosas que el mundo moderno nos ofrece y que tal vez, en lugar de ayudarnos a comunicarnos, nos aleja.
De otros, y de la verdad.
Pero éste es un cuento de Stephen King, así que cuando el Señor Harrigan ya no pueda respirar ni con la ayuda de un tanque de oxígeno, Craig lo despedirá dejándole su iPhone (el del Señor Harrigan) en el bolsillo de su traje en el ataúd. Así será enterrado.
Y pasa lo que se imaginan
Sí, pasa lo que se imaginan. Craig le deja mensajes, y recibe enigmáticas respuestas desde aquel celular.
Y cómo le gusta a Stephen King, cuando tiene protagonistas entre niños y jóvenes, que sean acosados por algún que otro grandulón. A Craig, cómo no, le pasa. Y a veces los deseos dichos en voz alta, ¿vieron que se cumplen en realidad?
El teléfono del Señor Harrigan es tan simple y conciso como los buenos relatos de suspenso. Hay algo inexplicable -como en las novelas y cuentos del autor de El resplandor, Carrie y Cementerio de animales-, pero de lo que los protagonistas pueden echar mano a su favor. O no.
John Lee Hancock no es un realizador que se haya caracterizado por aceptar este tipo de relatos. El director de Hambre de poder, con Michael Keaton, El sueño de Walt, con Tom Hanks, o Un sueño posible, por la que Sandra Bullock ganó el Oscar, se preocupa porque la historia se desarrolle y no por efectos de sonido que puedan alterar la tranquilidad del espectador en el living de su casa.
Donald Sutherland, bueno, Sutherland siempre fue un actor que trabajó mejor con sus gestos y silencios, y el joven Jaeden Martell (Bill Denbrough, uno de los amigos de It, Entre navajas y secretos y La cabaña siniestra) presta su cara de sorpresa cada vez que se lo piden, y lleva a su cargo el protagonismo sin exageraciones ni gestos de más.
En fin, un buen entretenimiento con algo sobrenatural, pero que no es un filme de horror ni de terror, si no de un suspenso fino y bien realizado.
“El teléfono del Señor Harrigan”
Buena
Suspenso. EE.UU., 2022. Título original: “Mr. Harrigan’s Phone”. 104’, SAM 13. De: John Lee Hancock. Con: Donald Sutherland, Jaeden Martell, Joe Tippett, Kirby Howell-Baptiste, Cyrus Arnold. Disponible en: Netflix.