Un insólito momento vivió Rory McIlroy durante la tercera ronda del BMW Championship, un torneo del circuito PGA disputado este fin de semana en el Wilmington Country Club.
Al norirlandés no le gustó nada la intromisión en el campo de juego de un fanático, que, en plena competencia, lanzó al green del hoyo 15 una pelota manejada a control remoto. Molesto por la “broma”, el ex número uno del mundo tomó la bola electrónica -después de varios intentos- y la lanzó al agua, generado la ovación del público y el enojo del intruso, que perdió su juguete.
La secuencia fue muy curiosa. Cuando McIlroy llegó al hoyo 15, dispuesto a golpear su putt para sumar un birdie en su tarjeta, se encontró con tres pelotas en el green: la suya, la de su compañero de ronda, Scott Stallings, y una tercera que parecía moverse por voluntad propia.
Desconcertado, al campeón de cuatro Majors le tomó unos segundos darse cuenta de lo que estaba ocurriendo. Lo hizo cuando vio a un espectador de pie, al borde del green, con un control remoto en su mano.
Claramente irritado, se acercó a la pelota, que se movía hacia el hoyo, y la golpeó con su putter. Volvió a desviar la bola dos veces más y, ya sin paciencia, la tomó en sus manos y la revoleó al estanque de agua que estaba cerca del green.
Los fanáticos que seguían de cerca lo ocurrido lo ovacionaron, mientras que el dueño de la pelota parecía reclamarle de lejos su actitud. Segundos más tarde, el responsable de la “broma” fue sacado del predio por personal de seguridad, mientras mostraba sus pulgares hacia abajo a los otros espectadores, quienes lo abucheaban.
El hombre que controlaba la pelota fue sacado del predio por personal de seguridad. Foto Bill Streicher-USA TODAY Sports
La insólita situación desconcentró un poco a McIlroy, que no pudo concretar el birdie y tuvo que conformarse con sumar par en ese hoyo. El norirlandés completó la jornada con una tarjeta de 70 golpes (-1) que lo dejaron empatado en la décima posición con un acumulado de -7, de cara a la última ronda de este domingo.