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El arzobispado de Buenos Aires tuvo que salir a aclarar el sentido de una larga mesa que tendió en la Catedral de Buenos Aires, luego de que el gobierno la interpretó como el armado de un comedor comunitario en protesta por el agravamiento de la situación social y culpara a la Iglesia por no organizarla durante los gobiernos peronistas.
“A partir de algunas noticias difundidas en las últimas horas queremos informar que, en el marco de la semana de la caridad, en vísperas de la colecta anual de Cáritas, el pasado martes 4 de junio se realizó en la catedral metropolitana un encuentro de agentes de pastoral que acompañan a las personas en situación de calle”, comienza diciendo el comunicado de la curia metropolitana -que encabeza el arzobispo José Ignacio García Cuerva- al evidenciar su preocupación por las interpretaciones.
Señala que “de este encuentro participaron referentes de parroquias, movimientos, funcionarios del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y asociaciones civiles” y tras afirmar que “la mejor ayuda es la que se organiza” subraya que “en este espíritu es que se convocó en esta primera instancia a todos aquellos que vienen realizando una tarea generosa, solidaria y comprometida con los más pobres”.
La última funcionaria en quejarse fue la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien dijo este fin de semana que «ahora apareció la Catedral con una mesa de comida y el juez a repartir la comida», en alusión a Sebastián Casanello, que le ordenó al Estado la distribución a los comedores comunitarios de los alimentos guardados en dos galpones.
«Aparecieron todos a proteger a los gerentes de la pobreza. El hambre empezó el 10 de diciembre. Estoy furiosa», dijo visiblemente ofuscada la titular de la cartera de Seguridad.
Previamente, el subsecretario de Prensa, Javier Lanari, (segundo de Manuel Adorni en el esquema de comunicaciones del Gobierno) había acusado a la Iglesia de «tener un criterio selectivo» frente a la pobreza, al señalar que “conmueve cómo un sector de la Iglesia se acuerda de los pobres cuando no gobierna el peronismo”.
También desde el kirchnerismo se leyó el encuentro en la Catedral como una manifestación por el crecimiento de la pobreza y la indigencia en los últimos meses y se lo usó para criticar al gobierno.
El sacerdote Juan Carlos Molina -que ocupó la secretaría de Lucha Contra las Adicciones y el Narcotráfico en el gobierno de Cristina Kirchner- afirmó en X: “Catedral de Buenos Aires. El comedor de los pobres. ¿También lo van a marcar como comedor fantasma? Repartan la comida”.
El cortocircuito se produjo en medio de la polémica por los alimentos para los comedores comunitarios retenidos que suscitaron el pedido del presidente del Episcopado, Oscar Ojea, para que sean repartidos «rápidamente».
Y luego de que el Observatorio de la Deuda Social de la UCA estimara que la pobreza llegó al 55 % y la indigencia al 17,5 en el primer trimestre del año.