Podemos lograr el éxito y sueños más fácilmente en nuestras vidas cuando se satisfacen nuestras propias necesidades espirituales, físicas e intelectuales.
Suele creerse que poniendo foco en un solo objetivo es lo que nos conducirá a lograr determinadas metas. Sin embargo, dentro de cada uno de nosotros hay un recipiente de energía que debe reponerse regularmente. Cuando actuamos como si este no tuviera fondo, programando una larga lista de actividades que encajan como piezas de un rompecabezas en cada minuto de cada día, se agota y nos sentimos exhaustos, desconectados y débiles.
¿Cómo volver a llenar este recipiente?
Encontrando el tiempo para enfocarnos, nutrirnos y cuidarnos a nosotros mismos, o “tiempo para vos”. La mayoría de nosotros somos, en diferentes momentos del día, diversos roles, una pareja, padre o madre, amigo o amiga, pariente, familiar, vecino, colaborador, empleado, voluntaria, etc.
Y muchas veces hasta pareciera muy bueno sacar la lista de cosas que hicimos durante el día como si fuera un galardón, un premio. Por muy relajante o activo que sea, no es necesariamente “tiempo para vos”.
Es posible que cuando comiences a dejar ese “tiempo para vos” te tilden de egoísta, sin embargo, ¿cómo podemos dar algo si antes no lo hacemos con nosotros mismos?
Solo podemos destacarnos y brillar en lo que concierne a los asuntos de nuestro mundo exterior cuando se satisfacen nuestras propias necesidades espirituales, físicas e intelectuales.
Reconocer la importancia del “tiempo para vos” requiere de parar y autoevaluarnos, algo que sirve para ello es hacer el diagrama de Rueda de la Vida, en donde en forma visual y rápida nos da en que áreas estamos flojos de atención y dedicación, y que son igualmente importantes, sobre todo para lograr un estado de plenitud y felicidad.
Al no estar acostumbrados a esa práctica, puede ser incómodo al principio encontrarle un lugar al tiempo para nosotros. La verdadera cuestión es que en esa conexión de nosotros con nosotros, aparecen incomodidades, pensamientos con los que hay que lidiar y la no aceptación de esa situación puede conducirnos a la evitación.
No esperemos a que la vida nos traiga una enfermedad, un cuadro de estrés o alguna situación límite para llegar a reflexionar acerca de la importancia de ese tiempo.
Qué puede funcionarte para lograr ese tiempo:
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Considera cómo te gustaría pasar el tiempo, olvidando por el momento tus obligaciones y abrazando la renovación. Es posible que descubras que te llenan de energía las actividades creativas, hacer alguna actividad física, la meditación guiada, las actividades relajantes durante las cuales tu mente puede divagar o modos de expresión como la escritura.
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Separa en la agenda cada día un espacio para ti y márcalo con color. A mi me funciona levantarme antes, esa hora de la mañana es clave, solo yo, tomando mi café, meditando, saliendo a caminar. Es el momento que más disfruto del día y el que me da la guía y la estabilidad para saber cómo continuarlo.
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Conócete, es la mejor inversión que puedes hacer.
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Comienza alguna actividad que hayas postergado por pensamientos como, no tengo tiempo, soy grande para… etc.
Por poco importante que a veces pueda parecer “tu tiempo”, realmente es crucial para tu bienestar porque asegura que nunca te quedes sin la energía para dar de ti mismo.
por Paula Cabalén
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